Hace aproximadamente dos meses atrás un canal internacional lanzo una campaña que promovía coronar a un colombiano como el personaje insignia de nuestro país. Al ver dicho concurso no me moleste en prestarle demasiado cuidado, a mi parecer es tan solo una encuesta virtual que carece de veracidad, que incluso aunque hubiese logrado un resultado mas o menos aceptable sus métodos no dejarían de ser sumamente dudosos.
sin embargo, el hecho de que sea Alvaro Uribe Velez quien se coronara el honor de llamarse El Gran Colombiano no deja de molestarme, solo por el hecho de inflar aun mas el ego de un personaje con un complejo de deidad tan enorme, tan evidente, ese solo hecho, es bastante molesto; ahora bien, entrando en lo que representa Uribe para el pueblo, y lo que significo su carrera política (y sigue significando) para un país como Colombia. De cierto modo Uribe me hizo extrañar presidentes como Pastrana y Samper, al menos su letargo era menos ofensivo que los constantes abates para con la misma constitución del ahora honorable Gran colombiano, y es que es a el a quien hay que mirar cuando se habla de temas como el nocivo sistema de salud, o el modelo de contratación, la creación de las cooperativas de trabajo, su incansable deseo de tratados de libre comercio, solo superado por el actual presidente.
Dejemos a un lado la vida y obra del sujeto, ya es suficiente con todo lo que hasta ahora se le ha imputado, y con lo que se le acusara luego; saben que es verdaderamente molesto, el club de fans que acaban de condecorarlo, debe existir algo verdaderamente mal con estas personas para siquiera llamarlo "Bueno" porque es esa la principal de las causas de las desgracias de este pueblo, no sus dirigentes, nos sus traficantes, no sus terroristas, estos últimos todos causa del principal de los males, la mentalidad de un pueblo forjada para recordar aquello que les llena de alegría el corazón y para olvidar lo que lo despedaza; para ejemplificar la situación Colombia entera recuerda el 5-0 contra argentina, los mayores posiblemente conozcan el orden de aquellos que se hicieron presentes en el marcador, pero, muchos necesitan de un diccionario para saber lo que significa la palabra "Chulavita", palabra que a punta de machete se escribió en las cabezas de nuestros no tan lejanos antepasados, por cierto lo de machete y cabeza fue una cosa bastante real y sangrienta; esta es la clase de pueblo que ve una marcha pasar frente al coche y no se inmuta en saber que es lo que se protesta, mas bien prefiere putear a los convocados por que la cita que tiene es en menos de 15 minutos, quizá por eso aquellos que se dieron el lujo de recorrer las carreteras del país mientras Uribe estuvo a cargo se sienten tan agradecidos con el ex-mandatario, el resto tal vez se preocupo mas por conseguir sustento, un empleo, tal vez agonizo en un hospital esperando servicio, tal vez fue víctima de la llamada limpieza social, o tal vez solo no gustaba de la playa, y salir a viajar nunca les intereso.
Recuerdo una vez que hable mal (osea decir la verdad) a cerca de Uribe en casa de una amiga, su madre no podía creer lo que escuchaba, para ella, el tipo era el mesías de este valle de lágrimas, trate de argumentar pero esa clase de gente no es del tipo que escucha argumentos, así que callé. Tiempo después mi amiga entro en una relación con un man que venia de otro departamento, que daba la casualidad de encontrarse en conflicto, y cuyo padre ejerció cierto cargo político en el pueblo natal, ejerció por que era de los colombianos que simplemente, no se la tragan entera, se encargo de desenmascarar la cantidad de anormalidades que se presentaban, y como a muchos, lo dieron de baja. El caso es, que durante aproximadamente un año, el padre del man, de frente a Uribe, revelo nombres, y procuro la protección de el entonces presidente. Nada le salvó.
El cambio de opinión de la madre de mi amiga fue drástico, se convirtió en aserrima enemiga, el odio hacia Uribe le brotaba con solo oir el nombre, y yo no me dejo aun de preguntar si lo que se requiere es sentir personalmente el dolor de una perdida para reaccionar, que tan poco nos duele esta patria...
Recuerdo una vez que hable mal (osea decir la verdad) a cerca de Uribe en casa de una amiga, su madre no podía creer lo que escuchaba, para ella, el tipo era el mesías de este valle de lágrimas, trate de argumentar pero esa clase de gente no es del tipo que escucha argumentos, así que callé. Tiempo después mi amiga entro en una relación con un man que venia de otro departamento, que daba la casualidad de encontrarse en conflicto, y cuyo padre ejerció cierto cargo político en el pueblo natal, ejerció por que era de los colombianos que simplemente, no se la tragan entera, se encargo de desenmascarar la cantidad de anormalidades que se presentaban, y como a muchos, lo dieron de baja. El caso es, que durante aproximadamente un año, el padre del man, de frente a Uribe, revelo nombres, y procuro la protección de el entonces presidente. Nada le salvó.
El cambio de opinión de la madre de mi amiga fue drástico, se convirtió en aserrima enemiga, el odio hacia Uribe le brotaba con solo oir el nombre, y yo no me dejo aun de preguntar si lo que se requiere es sentir personalmente el dolor de una perdida para reaccionar, que tan poco nos duele esta patria...
